Siempre que estoy andando por el centro de Madrid por un motivo u otro, veo los chicos (y chicas) que se dedican a pararte para recaudar fondos para UNICEF, Acción Contra el Hambre y otras organizaciones del tipo.
Normalmente me sorprende lo mal que lo hacen: te dan desde el primer momento una escapatoria, haciéndote una pregunta a la que fácilmente puedes decir «No.»
«Hola, ¿tienes un minuto?»
«No.» (Sigo andando…)
«Hola, ¿eres de aquí?»
«No.» (Cualquier persona que me vea sabe que no soy de aquí. Pero bueno. Sigo andando…)
«Hola, ¿hablas español?»
«No.» (Es mentira, pero es tan fácil seguir andando…)
En los últimos años, sólo ha habido una chica que ha hecho una cosa distinta. Era una andaluza que trabajaba para Médicos del Mundo. Yo estaba pasando por la zona de Chamberí y al verme, me dijo:
¡Vaya! ¡Me gusta mucho tu chaqueta!
Yo sabía de qué iba–llevaba el chaleco con el nombre de la ONG–pero, claro, esta frase me captó la atención. Me pare a hablar con ella, y acabé suscrito a la organización como contribuyente.
No sé que tipo de entrenamiento les dan a estos jóvenes, pero me imagino que están siguiendo un guión. Entonces, ¿por qué no hacen un guión que capte más la atención del público?
El trailer de una película no empieza con un chico con acné y voz nasal que dice «Hola, ¿tienes un minuto para ver mi trailer?» Te tiene que captar la atención desde el primer momento.
La atención, hoy en día, se está convirtiendo en un bien muy preciado. Si el profesor empieza a aburrir a su clase, los estudiantes sacan los móviles para comprobar sus mensajes en WhatsApp. Si un video en youtube no te convence, hay muchas más en la barra lateral (o puedes cerrar directamente la ventana–supongo que, como yo, tienes 7 ventanas abiertas en cualquier momento).
Entonces, ¿cómo empezar una conversación? Empieza con interesarte por la otra persona. Hazle sentir bien, haz preguntas abiertas y estará mucho más dispuesta a darte un poco de su tiempo y–más que nada–su atención.
Como dice Seth Godin, una pregunta abierta puede cambiar tu trayectoria profesional, y crear utilidad para el mundo. Una pregunta con quién, qué, cómo, cuánto, dónde invita la conversación, mientras que «Trabajas o estudias?» invita a la otra persona a sacar su móvil, a ver qué pasa en WhatsApp.